lunes, 21 de febrero de 2011

La Sierra de Segura.


He incluido expresamente esta entrada, como primera de este blog, en un franco homenaje a una tierra singular que marcó los veranos de mi infancia y adolescencia: la Sierra de Segura. En esas etapas cruciales de mi vida los desplazamientos estivales desde Barcelona a Villarrodrigo, y al cortijo de La Ventilla –en La Puerta de Segura- fueron para mí el viaje. Viajes en tren; asomado largas horas a la ventanilla; con tracción a vapor a partir de Tarragona. Transbordos en Valencia y, a veces, en La Encina, hasta llegar a Albacete. Allí, aseo y ropa limpia, para eliminar las huellas de la carbonilla, y compra de navajas y desayuno de chocolate con churros, a la espera de la partida del correo, un vetusto autobús que nos dejaba en la población de Bienservida. Mi abuelo acudía con las caballerías a por el equipaje, mientras nosotros entrábamos triunfales en Villarrodrigo a bordo de la caja de un camión; el camión de los Campos.
Un periplo de casi treinta horas que hoy día se completa relajadamente en siete.
Más adelante el viaje se simplificaría, apareciendo en escena una flotilla de furgonetas piratas que te trasladaban, junto con el equipaje y mercancías (mandaos), de puerta a puerta.
Y ese viaje, complicado e iniciático, era el preludio de más de tres meses -de San Antonio a San Miguel- con mi familia materna de la Sierra de Segura.


Pero ya apretaba el calor y, durante el día, el sol arrebataba de los pinares un olor intenso y seco. Con ese aroma comenzaban los largos días sin colegio, sin ataduras, sin disciplina y sin castigos. Y el viaje era una promesa de felicidad ilimitada.
 JAVIER REVERTE. La aventura de viajar.

El macizo montañoso compuesto por las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas está situado en el Sistema Bético, ocupando la franja de levante de la provincia de Jaén. Geográficamente está unido a otras sierras con las que tiene continuidad natural, como las sierras de Alcaraz y Calar del Mundo, en la provincia de Albacete, y las granadinas sierras de La Sagra y de Castril. Todo este núcleo forma una compleja trama orográfica de sierras, valles y calares, una sorprendente mancha húmeda en medio de la España seca, limitada por la llanura manchega y el Campo de Montiel, la campiña olivarera de Jaén, la Hoya de Baza y las tierras áridas del levante peninsular.




Segura de la Sierra.



Valle de Trujala (Segura de la Sierra).



Contrafuertes del Yelmo de Segura.



El Yelmo de Segura.



Collado del Ventano.



Collado del Ventano.




Collado del Ventano.





El Castellón.



Calar de la Nava del Espino.



Cerca de las fuentes del río Madera.



Calar de la Nava del Espino.




Calar de la Nava del Espino en primavera.




  Cuando el visitante llega por primera vez al Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas queda gratamente sorprendido por la espectacular y densa vegetación que puebla estas sierras, constituyéndose como la mayor mancha forestal de España. También la diversidad botánica es extraordinaria, siendo uno de los espacios naturales españoles con más abundancia y variedad de especies. En muy pocos kilómetros podemos pasar de bosques de coníferas y encinares a altiplanos kársticos de alta montaña, donde reposa la nieve varios meses al año; o bien descender a amplios y soleados valles donde la mano del hombre se ha dejado sentir, domesticando el paisaje con ese noble árbol que es el olivo.



Cañón del río Tus y calar de la Sima.



Cañón del río Tus.





Cañón del río Tus hacia Peña Alcón.




Cañón del río Tus y calar de la Sima.



Cañón del río Tus.




Cuenca alta del río Tus desde el Calar del Mundo.




La Sierra de Alcaraz desde la Dehesa de Angulo (Sierra de Segura).



Charco del Humo (Poyotello).



Aldea de Poyotello.



Almorchón.



La Sierra de Segura subiendo al Almorchón.



Bajando del Almorchón.



Pino Galapán, con 43 metros el más alto del parque natural.



  En el corazón de estas sierras se eleva un carismático altiplano, de gran belleza escénica, conocido como los Campos de Hernán Perea. Tiene una altitud media de 1600 metros, y está limitado por calares desprovistos de vegetación, como el Calar de las Palomas (1964 m ) o de Pinar Negro (1815 m ), alternando terrenos kársticos con zonas de pastizales donde en el verano pastan numerosas cabezas de oveja segureña.



Primavera en los Campos de Hernán Perea.



Campos de Hernán Perea.



Campos de Hernán Perea.




Campos de Hernán Perea.



Campos de Hernán Perea.






Hoya del Ortigal.



Hoya del Ortigal.



Banderillas y la Hoya de las Albardías.



Banderillas y la Hoya de las Albardías.




Banderillas y la Hoya de las Albardías.




Bajando al Recó de Aguamulas.



Bajando al Recó de Aguamulas.




Hoya de las Albardías.



  A pesar de que en los últimos siglos se han extinguido algunas especies animales antes frecuentes, la fauna del parque natural es todavía muy rica y variada, siendo uno de los enclaves faunísticos más excepcionales de Europa. El avistaje de cualquiera de las especies que habitan el parque es un aliciente más de los muchos que ofrecen los paseos y excursiones por estas sierras.



Cabras montesas en la cima de las Banderillas.



Cuerda de las Banderillas.



Tranco del Perro.



Cañada de Pinar Negro.




Muflones en la cañada de Pinar Negro.




Ovejas segureñas en el Puntal de la Misa.



Cañada Lamienta.



Subiendo al Banderín desde Cañada Lamienta.



Pastos en Sierra Seca.



Sierra Seca.



La Sagra desde El Banderín (Sierra Seca).


Barranco Marfil (Cabecera del río Castril).



Cumbres de Sierra Seca.



Asientos de pastor.



Primavera en Santiago de la Espada.



Atardecer estival en Villarrodrigo.



Valle de Onsares (Villarrodrigo-Torres de Albanchez).



Macizo de La Sarga (Sierra de Alcaraz) desde Villarrodrigo (Sierra de Segura).



Subiendo al collado de los Yesos desde Villarrodrigo. Dilatadas vistas al Campo de Montiel.




Subiendo al collado de los Yesos desde Villarrodrigo. Dilatadas vistas al Campo de Montiel.




La Tejera subiendo al collado del Bellotar.



Sierra del Relumbrar (Ciudad Real-Albacete) desde Villarrodrigo.



Otoño en Las Acebeas.



Otoño en Las Acebeas.




Pino laricio o salgareño.




Cañón del río Tus desde el Calarejo Grande.



Cañón del río Tus desde el Calarejo Grande.



7 comentarios:

Carmen Montoro dijo...

Enhorabuena por el blog... y un lujo este primer post dedicado a SEGURA (con la que compartimos querencias). Unas fotos estupendas, vivas y nítidas, que hablan de la mejor forma posible de este entorno paradisiaco, pleno de contrastes.

Un saludo!

un sitio diferente

Raquel dijo...

Tengo una dialéctica relación con todos los "extranjeros" que pisan los cerros que me enseñaron los colores y las proporciones; resuelto racionalmente: los horizontes son dignos de los que se tomaron la molestia de levantar la vista y alejar los linderos de sus limitaciones, ius usus inocuus, aprovechamiento de espontáneos, nada que objetar desde la postura de la piedra que no por no llevar la contraria a la gravedad, sólo se ha dejado caer; pero hay tacañerias del corazón que identifican ese legítimo y pacífico uso como intrusiones. En realidad todo ese rollo viene a cuento de parecer una chica con cierto criterio,jajajajaj, solo quería decirte que hay una buena elección de lugares, que hay mucho "oficio" en el trabajo y ...que son preciosas.Bss(Raquel)

José L.Fuentes dijo...

Menudo repaso a "nuestra SIERRA".
Enhorabuena.

MANE dijo...

Estupenda entrada y homenaje excelso a tan maravilloso entorno. No se puede reflejar mejor la singularidad de estos parajes...

Carmen Montoro dijo...

Querido Antonio Vela, no puedo entender como has tardado tanto tiempo en entrar en mi blog... Te descubrí un día de febrero, y ese mismo día (impresionada por el pedazo de post, por la calidad de las fotos de la publicación inaugural de Los viajes de Saqura) te dejé un comentario con la firma de mi blog como broche...
Y a los nueve meses nace una visita, un parto fecundo... colega!

un sitio diferente

http://tuklandestino.com/monte/ dijo...

Acertada manera de empezar tu blog con este post con todas estas fotos tan espectaculares. Felicidades. Conocí estas mágicas montañas el pasado mes de junio en una salida de cinco a días a patear los montes del lugar y quedé enamorada del paisaje hasta el punto de pedirme dos meses de excedencia y disfrutar con tiempo de aquel bosque encantado. Acabo de llegar de allí he disfrutado como nunca de unas dobles vacaciones que se me han quedado cortas.

Besos

Antonio Vela dijo...

Estupendo, Bienve. Me agrada saber que te has enganchado con estas sierras que a mí tanto me gustan.
Enhorabuena por esos dos meses de gozo en sus bosques y calares. Espero disfrutar de tus fotos y tus reflexiones en algún rincón de la red: blogs, facebook, foros, etc.
Un beso y me ha emocionado tu experiencia vital.

P.D. No te pierdas las sierras en otoño.