Mantener os velhos elétricos es una apuesta muy acertada que hace que muchos, que hemos viajado en innumerables ocasiones a Lisboa, sintamos la necesidad de volver una y otra vez, buscando esos vestigios que no cambian con el paso de los años.
No me canso de apalancarme junto a una ventana de uno de esos tranvías de la carreira 28, la más larga de la ciudad entre Martín Moniz y el cementerio de Prazeres, pasando por algunos de los barrios más característicos de Lisboa, como Graça, Alfama, a Baixa, el Chiado o Estrela.
Mi última visita fue en el puente de Todos los Santos, y a pesar de un fuerte temporal de varios días que provocó numerosas inundaciones, y de un percance que me obligó a visitar las Urgencias de un hospital, aproveché las treguas de relativa bonanza para lanzarme a las calles en busca de graffitis, tranvías, y restaurantes donde degustar un buen plato de bacalao o una simple bifana con una cerveza Sagres preta.
Enlace al blog del fotógrafo Rafa Pérez:
Todas las fotografías son de Antonio Vela, estando prohibida su reproducción en cualquier soporte sin la autorización explícita del autor.
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