viernes, 11 de marzo de 2011

Mérida, capital de la Lusitania.

A finales de febrero, principios de marzo de 2011, aprovechando el largo puente del día de las Islas Baleares, cogí un avión a Madrid y me dispuse a recorrer una ruta que en otros tiempos frecuentaba: Madrid-Lisboa.
Una de las escalas obligadas es Mérida, la antigua Augusta Emérita de los romanos y actual capital de la Comunidad Autónoma de Extremadura. El conjunto arqueológico de Mérida fue declarado por la Unesco, en 1993, Patrimonio de la Humanidad, debido a su importante interés histórico y monumental.
Tuve la suerte de disfrutar de unos espléndidos días de anticiclón, por lo que a primeras horas de la mañana, y dada la proximidad del río Guadiana, el día amanecía con una espesa niebla que el sol poco a poco iba disipando. Gracias a ello pude fotografiar el acueducto de los Milagros con este aspecto fantasmagórico. Se llama así porque "milagrosamente" aún se aguanta en pie.
Pasear por sus proximidades, a orillas del río Albarregas, con el crotorar de las cigüeñas que, literalmente, lo habían tomado, fue una experiencia gratificante para inaugurar el día.



Acueducto de los Milagros.





Acueducto de los Milagros.




Acueducto de los Milagros.




Según la opinión más difundida, la ciudad fue fundada en el 25 a. C. con el nombre de Colonia Iulia Augusta Emerita por orden de Octavio Augusto, para los soldados eméritos licenciados del ejército romano procedentes de las Guerras Cántabras. El término emeritus significa en latín "retirado" y se refería a los soldados licenciados con honor.

La ciudad fue la capital de la provincia romana de Lusitania. Se inicia así un periodo de gran esplendor del que dan testimonio sus magníficos edificios: el teatro, el anfiteatro, el circo, los templos, los puentes y acueductos.

Durante siglos y hasta la caída del Imperio Romano de Occidente, Mérida fue un importantísimo centro jurídico, económico, militar, cultural y una de las poblaciones más florecientes en época romana, que Ausonio catalogó en noveno lugar entre las más destacadas del imperio.





Teatro romano.





















Teatro romano.













El teatro romano de Mérida es una construcción promovida por el cónsul Marco Vipsanio Agripa. Según fecha inscrita en el propio teatro su construcción se produjo en los años 16 a 15 a. C.

El teatro ha sufrido varias remodelaciones, la más importante, a finales del siglo I o principios del siglo II, posiblemente en época del emperador Trajano, cuando se levantó la actual fachada o frente de escena, y otra en época de Constantino entre los años 330 y 340, introduciéndose nuevos elementos arquitectónicos-decorativos y construyéndose una calzada que rodea el monumento. Tras el abandono propiciado por el cristianismo, a causa de la "inmoralidad" del teatro, éste se abandona y cubre de tierra, quedando solamente visible la zona superior del graderío (summa cavea). La imaginación popular la denominó "Las Siete Sillas", donde según la tradición se sentaron en ella diversos reyes moros para decidir los destinos de la ciudad.



Teatro romano.











Teatro romano.

















Teatro romano.























Teatro romano.





















































Anfiteatro romano.





Estatua contemporánea en homenaje a la actriz Margarita Xirgu.









El Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, obra del prestigioso arquitecto Rafael Moneo, fue inaugurado en septiembre de 1986, albergando una excelente colección de objetos de época romana provenientes del yacimiento arqueológico de la que fuera colonia Emerita Augusta, hoy Mérida. La colección actual estuvo ubicada hasta la construcción del actual edificio en el convento de Santa Clara. Su visita es fundamental para conocer el pasado de la ciudad y hacernos una idea de lo que fue la antigua Mérida.



Museo de arte romano, obra del arquitecto Rafael Moneo.





Museo de arte romano, obra del arquitecto Rafael Moneo.





Museo de arte romano, obra del arquitecto Rafael Moneo.





Museo de arte romano, obra del arquitecto Rafael Moneo.





Museo de arte romano, obra del arquitecto Rafael Moneo.





Alcazaba árabe.





Alcazaba árabe.





Templo de Diana, el edificio mejor conservado del que fuera el foro municipal.





Templo de Diana.





Plaza de España y ayuntamiento.















Asamblea de la Comunidad Autónoma de Extremadura.




Asamblea de la Comunidad Autónoma de Extremadura.



Situado junto al mercado, Casa Benito es uno de esos bares que no debe uno perderse en la ruta del buen tapeo. Con ambiente taurino ofrece, entre otros, uno de los rabos de toro mejores que he comido en "la Raya de Portugal", esa franja de provincias españolas que va de Zamora a Huelva.
Desayunar una tostada de paté de ibérico, con el vino crianza de la casa, no tiene precio.
Casa Benito es, también, un restaurante muy reputado.



Casa Benito.





Casa Benito.






Publicidad de otros tiempos.











Alcazaba árabe.





Alcazaba árabe.





El río Guadiana.





El río Guadiana y el puente romano.






Monumento a las Siete Sillas.





Puente Lusitania, de Santiago Calatrava.





Puente Lusitania, de Santiago Calatrava.






Puente Lusitania, de Santiago Calatrava.






Puente Lusitania, de Santiago Calatrava.






De nuevo el acueducto de los Milagros, ahora sin niebla.

















De nuevo el acueducto de los Milagros, ahora sin niebla.






Río Albarregas.











De nuevo el acueducto de los Milagros, ahora sin niebla.












De nuevo el acueducto de los Milagros, ahora sin niebla.




Enlace a la página de turismo del ayuntamiento de Mérida: http://www.merida.es/la-ciudad




3 comentarios:

Marisa dijo...

Magnífico viaje Antonio, por lo que veo bien aprovechado. Estupendas fotos y enhorabuena por esta entrada tan documentada.

Saludos

Montserrat Rius Almoyner dijo...

Apa, segueix sent la ciutat tan guapa com sempre. El seu Museu és un d'aquells que m'ha quedat gravat i recordo que hi vaig anar amb el Pau i l'Oriol que eren ben petits i els va encantar.
És ben bé un miracle els Milagros, eh? però molt guapo, amb boira i sense...

Miguel Ángel Cañada dijo...

Todo un privilegio tener a un amigo como tú, que tras hacer maravillosos viajes, nos los documentas de esta forma tan gráfica y escrita.
Un abrazo